Tras años de viajar y gastar dinero en ropa de las famosas cadenas fast fashion, comencé a cambiar de parecer y cuestionarme mi consumo de la moda. No es fácil cambiar estos hábitos de consumo pero con información y conciencia, todo es posible. En este post voy a contarles qué está pasando ahora por mi mente y cuál es mi plan para ser una fashion lover responsable.
¿Cómo y cuándo empecé a cambiar de parecer?
Todo comenzó el año pasado. El 2020 fue un año de hacerme muchas preguntas y repensar varios aspectos de mi vida. Uno de ellos fue mi manera de consumir la moda y cómo quería vivirla realmente. Algo sabía con respecto a los daños ambientales que esta industria provoca. Pero cuando realmente me puse a leer información, me di cuenta que no tenía idea.
Debido a estos pensamientos que se me cruzaban por la cabeza, el año pasado mientras terminaba mis estudios de periodismo decidí hacer una columna de radio. Ahí hablé de slow fashion (la contraposición del fast fashion) y las diferentes alternativas para mitigar el impacto ambiental. En ese momento me dí cuenta que necesitaba hacer algo al respecto, que no era suficiente solamente contarle a la gente qué tan dañina es la industria de la moda. Verdaderamente caí en la cuenta de que mi manera de consumir la ropa no era el correcto.
Lo que tienes que saber del fast fashion
Fast fashion es la producción masiva de la ropa barata y desechable. El Grupo Inditex engloba a reconocidas marcas fast fashion como Zara, TopShop, Primark, Forever 21 y demás. Lo que hacen es producir réplicas de tendencias con materiales de baja calidad. De esta manera, alcanzan moda asequible y con estilo a un público masivo.
Voy a hacer varios posteos y hablar en detalle sobre este tema. Pero ahora mismo necesito que sepan cinco cosas sobre el fast fashion:
- La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo después de la del petróleo.
- Cada segundo que pasa se entierra o se quema el equivalente de un camión de basura lleno de productos textiles.
- Esta industria es responsable del 10% de las emisiones mundiales de carbono. Esto es más que todos los vuelos internacionales y transportes marítimos juntos.
- Lavar la ropa libera 500,000 toneladas de micropartículas de plástico al océano al año. Esto es el equivalente a 50 billones de botellas de plástico.
- 10,000 litros de agua son necesarios para producir tan solo un par de jeans.
Me gustaría saber sus pensamientos luego de haber leído estos puntos… Y créanme que esto es sólo la punta del iceberg.
Mi plan para cambiar mi consumo de moda
Cuando decidí empezar a cambiar mi manera de consumir la moda, no sabía por dónde empezar. Pero luego de buscar información y, a su vez, otras alternativas de consumo, pude ver que esto es nada más ni nada menos que un proceso. Un proceso en el cual no hay que ser tan exigente con uno mismo y “solamente consumir prendas producidas de forma sustentable” o “únicamente comprar ropa vintage”. En mi opinión, no existe lo absoluto y lo más importante es comenzar con estos pequeños cambios. Así que les voy a compartir mi plan para lograr ser una consumidora de moda más consciente y responsable:
- Invertir en prendas atemporales.
- Buscar calidad en vez de cantidad.
- Comprar prendas vintage y de marcas sustentables (estas últimas reciclan la ropa, por ejemplo, o la producen con fibras eco-friendly).
- Leer las etiquetas de las prendas que quiero comprar (esto es muy importante porque puedes ver con qué material está hecho el producto y ahí también puedes ver su calidad).
- Dejar de comprar en Zara (mi debilidad).
- Vender o donar la ropa que ya no uso.
- Ser fiel a mi estilo personal.
Guardarropa sustentable y estilo personal
Si empiezas a seguir estos puntos, entonces vas a tener un guardarropa sustentable. ¿Qué quiere decir esto? Que tu ropa va a durar más tiempo porque es de mejor calidad y sigue tu estilo. Y este punto es muy importante: encontrar y seguir tu estilo personal. Al principio puede no ser sencillo pero déjame decirte cómo descubrí el mío: el año pasado indagué en las tendencias de la temporada otoño/invierno y me enamoré de algunas de ellas. Lo primero que me enloqueció fue la combinación de los pantalones pinzados con blazer. Los colores neutros y ese toque minimalista también. Por otra parte, las camisas blancas, las blusas y las botas de cuero. Incluso me fascinó el mix de colores neutros con los tonos marrones.
Fotos: Pinterest
Así que los animo a ustedes a que empiecen a mirar tendencias, por ejemplo, y/o a crear un tablero en Pinterest con looks de inspiración. En mi cuenta de Pinterest pueden encontrar muchos tableros con looks de distintos estilos, haz click para ver. Luego pruébate las cosas que llamen tu atención. Esto puede ser algún color en específico, por ejemplo. Así como también una camisa con mangas globo, o un corte de pantalón que jamás te hayas probado. Y si una vez que te lo ves puesto te gusta y te sientes cómodo… ¡es por ahí!
También comencé a vender la ropa que ya no uso ni me identifica. Y déjenme decirles que se siente muy bien decirle adiós a esas prendas y darles una segunda oportunidad.
Conclusión
Este cambio de consumo de fast fashion a slow fashion (por ponerle un nombre/etiqueta) es un proceso y lleva tiempo. A mí los extremos no me gustan ni me hacen bien como les conté anteriormente. Pero lo más importante en este momento es comenzar con estos pequeños cambios. Y siempre estar en la búsqueda de nuevas marcas de ropa sustentables o de tiendas de ropa vintage. Incluso es muy importante hacer una buena limpieza de vestidor. Así sabes qué prendas tienes para seguir usando y a cuáles tienes que decirles adiós.
Espero haber podido transmitir lo que pienso con respecto al consumo acelerado de la moda. Y me encantaría saber qué piensan de todo esto.
Seguiremos hablando de slow fashion, de las prendas atemporales y del guardarropa sustentable. Seguiremos hablando de moda.